El género epistolar devela una verdadera intimidad de sus autores. En las cartas demuestran su personalidad y descargan lo que alberga su interior con mayor soltura, tal vez porque es una herramienta discursiva libre de presiones y juicios. Se escribe para liberarse, para permitir convivencia a las ideas en un espacio íntimo y protegido.
Las cartas se convierten en un medio para comunicar cualquier detalle, idea, pensamiento, emoción y situación que acontece en la realidad de su emisor y su quehacer cotidiano. Así, es posible compartir experiencias de sentimientos que surgen a raíz de todo tipo de situaciones, opiniones sobre la vida, deseos, metas y anhelos, conocimiento o apoyo. Por lo tanto, representan un objeto de estudio valioso.
De manera personal, me encanta escribir, leer y recibir cartas. Es una actividad que aprendí desde pequeña y aún representa el mejor modo para expresarme. Una carta nunca falla.
En cuanto a las cartas de amor en especial, me parecen una dimensión peculiar y un vasto universo para significar, comprender y analizar, dado que el amor es un signo de distinto sentido para cada individuo y se manifiesta de maneras diferentes. A su vez, entra en juego uno de mis escritores preferidos: Juan Rulfo. Sus cartas hacia Clara son fascinantes. Se convirtieron en un sitio donde el autor encontró la oportunidad de desenvolverse sublime al aprovechar su capacidad creativa para hallar sosiego, comunicarse y colorear de sentimientos su identidad como individuo y creador artístico, todo con dulzura y delicadeza que hace revolotear destellos en el corazón de alguien como yo.
Te comparto un ensayo que realicé sobre el tema. Es un análisis semiótico-hermenéutico de la emocionalidad expresada en una de las cartas que Rulfo dedicó a Clara. Abre el link para leer el documento completo :)
♡ https://drive.google.com/file/d/1XgzRMs4m7Gvbj19QlArEvQWIEGlO0-45/view?usp=sharing ♡
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